jueves, 16 de octubre de 2014

momento imposibilidad

        Tan solo las cuatro patas de hierro de esta cama me sostienen, las arrugas de mi sábana me dicen que vuelvo a dormir sola y el reflejo de la luz que tímidamente se abre paso me recuerda que no hay nada peor que no ser más que eso, un mero reflejo de una gran explosión, nuestra explosión. Mi vida se apaga como las aspas de mi ventilador dejan de dar vueltas en un sinsentido. Quizás éramos así, quizás somos así, dos aspas siempre unidas por un núcleo que jamás nos dejará implosionar



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sábado, 11 de octubre de 2014

momento exposición

Cuando una exposición no te deja indiferente.

Otro año más, llega la exposición, repito, la exposición. World Press Photo llega a Madrid y me vuelve a dejar sin palabras.

Una exposición que da igual si eres amante de la fotografía o no, te encuentras en aquella sala tan llena, llena de personas, miradas, historias, momentos…momentos que aunque no queramos reflejan el hoy y el ayer y aunque me cueste escribirlo pensarlo, supongo que también el mañana, por lo menos, el mañana más próximo.

La inmersión que todos y cada uno de los fotógrafos consiguen es el mayor regalo que pueden hacer a los que nuestras pupilas fijamos para no perdernos detalle.  Momentos retratados con tal veracidad que te crujen los huesos, te encogen el alma, y deseas cambiarte de mundo cambiar el mundo.

Me resulta imposible no sentarme en el bus de vuelta a casa y con mirada perdida reflexionar sobre todo lo visto. Lo ajeno que vivimos a la realidad, la valentía del que carga esa cámara, lo ignorante que te sientes por tus pequeñeces de agobios y preocupaciones, la impotencia por ser tan frágiles y minúsculos.

No más conclusiones que hacer lo que esté en tu mano, por poco que sea, para intentar mejorar este lugar. Y agradecer, agradecer siempre que aquellas imágenes, hasta ahora, son el contacto más cercano que has tenido con esas realidades.

De momento, cambiaré mi realidad por nuestra realidad.


Disfrutad vuestro momento exposición y si habéis estado… ¿Qué os ha parecido?

¡Millones de gracias por compartir este momento!:-)

lunes, 6 de octubre de 2014

momento soplo

  Decía la canción que es un soplo la vida, pero a mí siempre me gustó verla como varios soplos enlazados con, a veces pausadas y profundas inspiraciones, y otras más rápidas y ansiosas...

Es curioso,el ritmo de la vida, tu respirar, el mío… 



 Desde aquí millones de gracias por regalarme unos minutos de lectura, por esas palabras, por estar allí. Ah! Me he instalado en IG como @momentoalgo donde os espero para seguir compartiendo momentos:-))) ¡Disfruta tu momento!

lunes, 1 de septiembre de 2014

momento verano


Sucedió un verano.

Un verano de pies descalzos, de rasgadas vestimentas, de días de viento y noches de lluvia. Escondió sus propósitos y paró el reloj. Su melena enredada dejó entrever la sonrisa que al ritmo de la lluvia bailaba. Escuchó lo que los truenos clamaban y el latir de su corazón, al compás del de su animal se unió. Tiempos difíciles escondidos bajo la sombra de aquel cerezo que le vio crecer. Abrazos cómplices de un atardecer. Movimientos guiados por la fuerza del viento. Lágrimas de felicidad que la charca se fue a llevar. Sucedió un verano. Un verano que con pintura tiñó del color de su corazón. 

Vamos, cálzate esas zapatillas que paran el tráfico, cambiamos de sueño. 

                                                                                                                                ¡He vuelto! ¡Disfruta tu momento!:-)


martes, 1 de julio de 2014

momento en sol mayor

Siempre A veces, echo de menos la cama revuelta, ese zumo de naranja  y las revistas abiertas. Me siento en la cama, me quito los zapatos mirando la ventana y me quedo pensando un rato. No te pido nada especial sólo algo que me puedas dar, no quisiera ser el único pero quiero algo tuyo; no te pido nada original, no hace falta que sea mágico puede ser verdad o mentira pero tiene que ser tuyo.

Lloran las ramas azotadas por el viento mientras las raíces se están riendo en la oscuridad, malditas palabras. Abrázame fuerte y hazme volar, hazme reír, hazme llorar; reír y llorar. Ni ruinas, ni cenizas, ni papel que lleve el viento porque como siempre, las penas en la sombra y la alegría en sol mayor.

Dice la gente que siempre se está empezando, que todo vuelve a su fin, que sólo se muere una vez pero yo creo que éso no es así, que se muere muchas veces y que yo, yo siempre muero por ti.


Viene desde muy lejos y ya, no le queda ni memoria aunque eso sí, enamorado de la vida, aunque a veces duela.



Pequeño homenaje al especial momento que nos regalaron y que, sinceramente, os recomiendo aquí 
Atardecer, música y amigos; ¿se puede pedir más de tu momento?

¡Disfrútalo! 



martes, 6 de mayo de 2014

y de momento, creeré en ti.

 A veces creo en ti, aunque solo a veces. Creo en una mirada y creo en una acción, y creo, que hay bondad oculta tras la desconfianza.

 Me quedo sin palabras al encontrar tanta similitud escondidas bajo las diferencias entre tú y yo. Todavía no estoy segura de que creas que la piel blanca cobija el mismo corazón que la negra, que el amor entre esos dos chicos es tan puro como el que tú sientes, que la felicidad del que necesita ayuda es tan plena como la del que la da y que la visión del que no ve, va más allá de lo que tú jamás puedas ver.

 A veces, creo en ti, creo cuando me regalas un detalle en mi mal día, cuando me ayudas a subir ese peldaño que pareció inalcanzable, cuando me dejas paso con una sonrisa, cuando te acuerdas de darme los buenos días y también las buenas noches, cuando me enfundas en ese abrazo de aeropuerto que hace añicos nuestros huesos,  cuando me escribes esas palabras que mágicamente enlazadas inundan mis ojos en lágrimas, cuando llegas a meta el primero y también cuando llegas el último, cuando de músico en el metro me regalas desinteresadamente tus sentimientos envueltos en melodía, cuando imagino tu risa de niño al cazar una pompa de jabón y tu ilusión por la llegada de los Reyes Magos, cuando tus padres se convierten en tus héroes, cuando te sorprendes con mi llamada inesperada, cuando confías en ese turista para que capture nuestro momento, creo en ti, en tu corazón. Creo en corazones con forma de joyero para los que siempre se puede encontrar su llave y creo que cada uno, guarda más joyas que las que viste.

 Creo que hay cosas en las que creer, más de las que crees, o más de las que ves. Siempre crees antes que ves porque al final, y al principio, solo ves lo que tú crees.

 Ya no sé si esto va de ti o va de mí pero te veo a ti, y me veo a mí. Y creo en mí, y creo en ti (aunque solo a veces).  Y espero creo no equivocarme.


¡Disfruta tu momento!Y que nunca te falten motivos para creer :-)

miércoles, 23 de abril de 2014

micromomento del libro. (Desde el otro lado)

 Sube la música, acomódate y déjate llevar.

 Déjate llevar por esa página en blanco, que tus dedos tecleen sin miedo, que tus ojos lean lo que estás pensando, que tu razón asienta lo que tu corazón con audaces pálpitos clama.


 Regálate ese momento y después, compártelo con los demás. 


"Se lo scrivi dura"

          ¡Feliz momento del libro o del escritor!Para que el  que escribe y comparte, nunca deje de hacerlo.

martes, 15 de abril de 2014

Me olvidé decir lo que nunca olvidaría.

Me olvidé decir que fue mi alegría y mi suerte, mi confidente y mi ejemplo, que no encontré mayor paz que su sonrisa, ni cobijo que su abrazo, que intento seguir su camino aunque mis pasos no siempre lo alcanzan, que las batallas se ganan con tu piel por escudo y que perder una, no significa perder la guerra, que no conozco mayor arte que las curvas de sus arrugas, ni mayor valor que el de sus cicatrices, que su manera de tocar el timbre era mi canción preferida y sus piernas mi tobogán, que en una niña puede quedar intacta una promesa para toda su vida y que él siempre conmigo estaría. Me olvidé decir que me enseñó a querer, aunque otros le ayudaron, pero a echar de menos… me olvidé decir que a echar de menos, sólo podría hacerlo él. Por fortuna, a él no se le olvidó decirme nada, me dijo que las grandes lecciones, solo podían venir de grandes personas.

Pensándolo bien, quizás no me olvidé de decir nada, fue aquella última mirada la que habló por mí agradeciendo mi mejor regalo, que él fuese mi abuelo.






¡Hola a todos! Esta carta breve la presenté a un concurso convocado por Letras con Arte y aquí os dejo la sorpresa del día, de la semana, o del mes (jajaja!), ha sido seleccionada para publicarse en el libro Antología y yo no puedo estar más contenta. Tenía ganas de compartirlo con vosotros, espero que os guste. ¡Muchísimas gracias! 


sábado, 12 de abril de 2014

momento pequeña

 Hoy me siento pequeña, menuda, diminuta. Viajes de seis horas que pasan al tiempo que tu mejor sonrisa se va recreando.  Viajes que se harían eternos si la espera no fuera a merecer la pena, nada más lejos de la realidad.

 Hoy me siento pequeña, me encojo como mi viejo jersey de búhos a 40º en la lavadora, me resbalo como esa gota por mi empañada ventana en un día de lluvia, dejo de verme como aquel globo que cuando era pequeña se soltó de mi mano.

 Hoy me siento pequeña, hoy y mañana, y pasado, y al otro, me siento pequeña frente a tanta enormidad.  La enormidad pintada de sonrisas, vestida de amor y rellena de valor; las sonrisas de esas que delatan al más impostor corazón, el amor de ese que te abraza al anochecer de la misma manera que lo hace al despertar, y el valor, el valor de ese que siempre de frente te permite mirar.

 Creo que no todos se pueden sentir tan pequeños como lo hago yo, y eso, me enorgullece. Sentirme pequeña por conocer la enormidad, y de alguna manera, por formar parte de ella. No necesito pensar en el universo, ni en el tamaño del sol, ni en la velocidad de la luz, ni en la fuerza de la gravedad, ni en los años de historia, ni siquiera en el agua del mar; me basta con mirar alrededor para conocer la grandeza, la mayor luz, la mayor historia, la sustancia que mejor sacia mi sed.

 Es en ese momento, en ese momento en el que cuesta sonreír y te responden con un: “cuéntame pequeña” cuando te das cuenta de lo pequeña que eres y de lo grande que te creías.



 Y que bien se está en casa. ¡Disfruten su momento vacaciones!

sábado, 29 de marzo de 2014

momento-->función

   Aprendes rápido, o eso es lo que crees.

Piensas que una vez has sufrido, queda grabada la lección, que como antes decían “letra con sangre entra”; piensas que todo es constructivo, que a la próxima tendrás otra actitud, que a la próxima no serás tú la que sufra. Pero no quieres que haya próxima, de hecho, no habrá próxima, te repites mientras respiras hondo,  todo terminará, todo cambiará. De pronto llega un día e intentas recuperar estos pensamientos pero ya no puedes, ni siquiera susurran sus sombras. Existimos personas con una capacidad para autoconvencernos sutilmente sobrehumana. 

Te repites a ti mismo y a los que te rodean, que está todo bajo control, que la primera y la última. Mentiras. Mentías, mientes y mentirás hasta que no seas capaz de dejar de autoconvencerte y comenzar a actuar. Toda función tiene fallos, tiene carencias, no existe función que el primer día sea exactamente igual que el último día de representación. Unos preferirán la concentración del estreno y otros, la ambición por disfrutar del último. Pero mientras, todas y cada una de las funciones han sido únicas, especiales e inolvidables. Lo único común a todas ellas es el esfuerzo y la pasión por actuar y el momento en que esto se pierde, no intentes engañarte, la función no funcionará

Crees que aprendes porque tiendes a crear un manual de instrucciones, organizar tus movimientos en métodos y en bucles tus más preciados recuerdos. Y así, los que decimos llamarnos personas, nos quedamos estancados. 

Te pasas la vida haciendo castings para escoger tu entorno y, descubres, que los que pasan a la siguiente fase no son lo que buscabas.

Ya no, no más castings en mi vida,todos enriquecerán la historia. Los que traen su propio guión marcarán y aquellos que lleven un simple calco, terminarán tapándose unos a otros hasta desvanecerse en el más sordo murmullo.


Debe ser así como irá pasando la vida, con entradas y salidas de personajes, de función en función hasta que llegue un día en el que la obra termine; hasta ese momento, solo espero que nunca llegue a autoconvencerme de que la obra es perfecta, porque si dicen que todo puede mejorar, será que puedo seguir creciendo hasta el último día.

¡Disfruta de tu momento y conviértelo en una bonita función!

domingo, 23 de marzo de 2014

un momento embotellado.



  Es ese momento en el que reconoces la verdad, el momento en que te sientes fuerte para mirarle de frente y agradecerle todo lo que sin saberlo ha hecho por ti. Es esa persona a la que todas suelen odiar pero que yo admiro, esa que no me toca nada pero con la que llevo años compartiendo cada Navidad, esa a la que todas suelen criticar pero que yo venero, esa a la que todas saben rechazar pero que yo acojo, esa a la que todas tienen miedo pero en la que yo confío, esa a la que todas ven irrompible pero con la que yo comparto debilidad, esa a la que todas prefieren lejos pero a la que yo quiero siempre cerca. La misma que le dio la vida a él, y sin saberlo a mí. Había llegado el momento, y ella lo sabía; Justo cuando estábamos degustando su más exquisita delicatessen que con amor nos había enviado y mientras yo estaba deleitándome con un vino de Navarra sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo… Mi respiración se aceleraba al tiempo que sus temblorosas manos dejaban caer el teléfono en las mías. Aquella botella había jugado el papel de saeta en la ruleta de mi vida, le apuntaba a ella, y me apuntaba a mí; en el centro, siempre él.


                                                        

sábado, 15 de marzo de 2014

momento ella.

Ella es esa luz al final del pasillo, es esa sombra que te abraza y protege, es esa manta que te guarda del frío, es ese viento que te da el empujón que necesitas, es esa mirada que te recuerda que nada está perdido, es esa sonrisa que te recibe cada mañana, es ese café que evade tus temores, es esa mano que te acompaña en la jornada, es esa idea que te salva del oscuro agujero, es esa cuerda que te ayuda a bajar al suelo y también, es esas alas que te ayudan a levantar el vuelo. Ella, la que viste tacones y un collar de macarrones. Ella no solo es eso, ella puede con eso. Y más.






(Tardío momento dedicado a la mujer)

"En especial para la que mis collares de macarrones ha lucido siempre"

jueves, 6 de marzo de 2014

momento nuboso, que no nublado.

Mira aquella nube y pregúntale dónde va. Ponle empeño, cierra los ojos, concéntrate, bracea, salta, grita; inténtalo incesantemente.

Siempre me gustaron las nubes, siento devoción por sus formas, su color, su aparente tranquilidad y reposo, su esponjosidad, su libertad, incluso su frescor.

Me gustaba imaginar las vidas de las personas como las nubes. Si a alguien le preguntas a dónde va, supongo que no importa lo que conteste, pues aunque no lo sepa, no está en sus manos, tiene que dejarse llevar, igual que ellas, igual que las nubes.

Hace tiempo tenía un amigo que también amaba las nubes, las estrellas; el cielo. Es de esas personas que miran hacia adelante siempre, que luchan por llegar a ellas, que le gustaría ser tan libre y confiado como esa nube que se deja en manos del viento y tan importante e imprescindible como aquella estrella que si un día se apaga, todos puedan percatarse. Imaginábamos ser nubes, la suya azul y la mía rosa, volaríamos juntos, uno al lado del otro, hasta que el viento nos llevara en direcciones diferentes, o hasta que en lluvia nos transformáramos, o hasta que la fusión de azul y rosa formara una bonita nube violeta. Soñábamos con sobrevolar todo el planeta tierra, transformarnos, evaporarnos y volver a condensarnos para reencontrarnos y contarnos todas nuestras experiencias vividas. Siempre intenté guardar en secreto todas aquellas conversaciones, me daba miedo parecer una incrédula niña que no tiene donde invertir su tiempo más que en fantasear sobre nubes y vidas; de las nubes era de algo que sabía poco, pero de vivir, ni siquiera sabía lo que era eso.

Años después, sigo mirando nubes, sigo mirándolas y comparándolas con todas las diferentes vidas que he podido conocer o quizá, a veces, inventar. Tengo una manía, no me gusta meterme en las vidas de los demás, ni siquiera hago preguntas entrometidas, pero siempre creí que tengo un don, inspiro esa confianza que le hace abrirse a la gente y que hace me sienta como un avión en un aprieto entre todas esas nubes, o entre una única nube gigante que me obstruye el paso y la visibilidad, que me hace centrarme solamente en ella aunque sea los pocos minutos o segundos que tarde en atravesarla. No me quejo por ello, me gusta conversar desde mi nube, siempre sin meterme en la otra y sin permitir que otras se metan en la mía. Pero a lo que vamos, mi manía va más allá, mi mayor manía consiste en observar el paso de las nubes a la vez que el de las personas. Cada día más, de mayor quiero ser pequeña, y no hay nada que me rejuvenezca más que tumbarme en el parque a llevar a cabo mis hazañas. Veo esas personas, y les pongo edad, intento ver en sus sonrisas si son felices, en sus ojos si tienen miedo, en su caminar si están seguros de sus vidas y en sus ropas si desbordan personalidad. Son las primeras singularidades que observo para intentar descubrir cuáles son sus nubes, qué nube se adaptaría a su vida en ese mismo momento.

A mi amigo le perdí el rastro, se fue lejos y ni volví a verlo, ni volví a poder contactar con él. A veces le recuerdo y me pregunto cómo le irá, pero ni siquiera creo que se acuerde de mí; supongo que su nube azul se esfumó y ya no quedan rastro de aquellas estúpidas manías que solemos tener y olvidar al crecer; solemos.


Mientras la vida a ritmo acelerado pasa, aquí hay una, que solo intenta recuperar sus aficiones de su feliz infancia. Os preguntaréis el por qué de mi extraña existencia, yo también lo hago a veces. Pues bien, las nubes, solo se pueden fusionar con las nubes, no importa el tamaño, no importa el color, no importa la forma…Pero una nube no se puede atrapar, no se puede poseer, debes dejarla libre o se esfumara entre tus dedos. Vaya infantilidad la mía, diría mi madre. De infantilidades está hecha la vida, y me niego rotundamente a crecer rodeada de esas nubes negras que enturbian los días y se preparan para las tormentas.




¡A coleccionar momentos de fin de semana se ha dicho!¡Gracias!





domingo, 2 de marzo de 2014

Momento "quierovivir".


Que pocos sueños inalcanzables, que pocas horas eternas, que pocos amigos para siempre, que pocas risas imparables, que pocas sonrisas imperfectas, que pocos besos escalofriantes, que pocos inocentes, que pocos trabajos voluntarios, que pocos amores imposibles, que pocas miradas de complicidad, que pocos corazones reversibles, que pocas verdades inmutables, que pocos abrazos eternos, que pocas guerras pacíficas, que pocas frases espontáneas, que pocos planes imprevistos, que pocos minutos frágiles, que pocos mundos de dos, que pocas ganas de vivir.




"Yo no quiero sobrevivir, quiero vivir"- Wall-E




¡Disfruta tu momento!







domingo, 23 de febrero de 2014

Momento orgullo, pero del sano.

Momento orgullo, ese momento en el que consigues hacer algo que nunca antes habías hecho, y que por muy mejorable que sea, no puedes estar más satisfecha. Momento que pone fin a esa función continua de descubrimientos, aprendizaje, constancia, paciencia y desesperación y, principio en ese nuevo paseo en el que ya has dado tus primeros pasos, los más importantes, sin ni siquiera darte cuenta. Horas invertidas que por fin toman forma como aquello que comenzó en una masa de arcilla y ahora adorna tu mesa en forma de florero.

Adoro esta sensación, poner empeño en algo hasta conseguirlo. Caer, levantar, caer, levantar…siempre repetidas veces hasta que consigues levantarte con tanta fuerza que te sientes capaz de echar a correr…daría igual a cuanto estuviera la meta, que tú llegabas.

Guardaré impulso para el próximo sprint, quizás cuando crea que no puedo levantarme volveré aquí y de mis propias palabras aunaré valor para hacerlo; si lo hiciste una vez ¿por qué no iba a haber próxima?




¡Feliz domingo! No olvides nunca disfrutar de tu momento orgullo, seguro que podrías tener muchos más de los que te permites.

jueves, 20 de febrero de 2014

Momento amor-odio

Odio los relojes. Odio ese maldito tic-tac que me roba mis sueños y decide cuando devolvérmelos. Él es el culpable de que siempre me tengan que esperar, o de que yo siempre llegue tarde. Contabiliza mis días como si de frívolo dinero se tratasen. Ladrón de guante blanco de mis mejores momentos, auxilio deseado de los peores. Tiempo, tan bendito como maldito al mismo tiempo. ******, tiempo, todo depende de él, todos dependemos de él, y si no, tiempo al tiempo. Intentas aprovecharlo al máximo, llegar a todo para al final no llegar a nada, siempre falta, nunca es suficiente, siempre vas a contra reloj. Reloj que me negué a llevar casi tanto tiempo como el que me negué a necesitar un café para activar mi despertar, pero caí, como la mayoría, por no decir todos. Reloj que necesito ver en mi muñeca, aunque eso sí, siempre debe ir mis 3 minutos adelantado. Supongo, que es mi humilde y estúpida manera de engañarme pensando que mis días están regidos por mí, que yo controlo mi tiempo, que vivir en un adelanto de mi número de la suerte me hace especial. Y llega un día en el que te sientes libre, libre, ¡libre! Para poder invertir tu tiempo en perderlo, y te sientes rara, inútil, sabes que te arrepentirás pero quieres no hacer nada. Dormir mil horas para levantarte más cansada, respirar como si terminaras de nacer, mirar por la ventana para analizar el caminar de aquellas almas vagantes, comer tan lento que la comida se quede fría antes de haber terminado. Es increíble el tiempo, nunca sabes cómo regularlo, cómo administrarlo, cómo disfrutarlo sin que se agote demasiado pronto; cuando me parece que tengo todo el del mundo ya se ha ido y descubro todo lo que he dejado atrás sin ni siquiera darme cuenta. Y es que, el tiempo, tan engañoso como el amor, cuando no lo tienes lo echas de menos y cuando está, lo echas de más. Curioso parecido el del tiempo con el  amor.


¡Disfruta tu momento amor-odio!

domingo, 16 de febrero de 2014

Momento resaca.

No seré yo la que más momentos resaca publique, pero el momento resaca de hoy…el momento resaca de hoy lo merece.

Ayer fue una noche de esas de las que prometen, o de esas de las que tus mejores amigas y tú os prometéis que valdrá la pena, que valdrá la pena, como mínimo, el dolor de pies de vuelta a casa.

Mientras nuestra noche comenzaba entre risas, copas, guitarra y confesiones, la bonita Madrid se disponía a encender sus luces de neón sin perder esa elegancia que le caracteriza.

Madrid, la ciudad que nunca duerme. Tan distante y cercana como es ella, se enfunda en su traje de luces y sale a bailar, y todos sabemos que tan bien danza las dulces vibraciones del arpa de Ópera como los golpes de batería de Huertas. Poco necesita para brillar y, mucho menos, para hacerte vibrar a su ritmo. Te envuelve con la misma calidez con la que lo hace tu mantita del sofá, te arrastra como el mar a esa botella con mensaje hasta las orillas de la playa, te encuentra como el lobo a caperucita y te arrebata un pedacito de tu corazón con solo una fotografía movida que a la mañana siguiente se encarga de dibujar tu primera sonrisa del día. Así es Madrid, o así son ellas.

Así son esas que llegan de casualidad e incondicionalmente se establecen en tu vida para tan solo hacerte sentir afortunada, y tener que repetir un enorme gracias acompañado de un brindis(esta vez con agua) porque sean muchos los momentos que coleccionarás con/en ella(s).



            Feliz momento resaca, ¡disfrútalo!

jueves, 13 de febrero de 2014

Momento uno.

Siempre me gustó pensar la blogosfera como un jardín, un inmenso jardín.

Un jardín que alberga del más sublime encanto al más feroz desánimo escondidos bajo una frondosa o frágil florecilla. Posts cada día que se convierten en los pétalos del sí o el no de aquella margarita que decide un te quiero. Letras que resurgen como aquellas raíces que parecen no agarrar, lágrimas que se convierten en el rocío de esos pétalos y sonrisas que brotan como la clorofila da verde a sus hojas; visitas que nutren como los rayos del sol y obstáculos que se interponen como piedras a las que solo las raíces más fuertes logran sucumbir.

Mientras algunas flores siguen creciendo y creciendo, otras dejan de regarse para desvanecerse y otras se copian tapándose unas a otras todo rayo de sol; otras empiezan a crecer desde una humilde semilla, no sabiendo muy bien si de rosas o lirios se tratarán.


He aquí un primer amago, de lo que sin llegar a ser pétalo verá la luz del sol en un incierto terreno. Esperando crecer, aunque siempre y únicamente para embellecer este jardín, os saludan estas tímidas semillas dispuestas a ser acogidas y encontrar su lugar; por muy recóndito que sea, si un rayito de luz reciben ya tendrán manera de crecer. 



                   Disfruta tu momento algo.