jueves, 13 de febrero de 2014

Momento uno.

Siempre me gustó pensar la blogosfera como un jardín, un inmenso jardín.

Un jardín que alberga del más sublime encanto al más feroz desánimo escondidos bajo una frondosa o frágil florecilla. Posts cada día que se convierten en los pétalos del sí o el no de aquella margarita que decide un te quiero. Letras que resurgen como aquellas raíces que parecen no agarrar, lágrimas que se convierten en el rocío de esos pétalos y sonrisas que brotan como la clorofila da verde a sus hojas; visitas que nutren como los rayos del sol y obstáculos que se interponen como piedras a las que solo las raíces más fuertes logran sucumbir.

Mientras algunas flores siguen creciendo y creciendo, otras dejan de regarse para desvanecerse y otras se copian tapándose unas a otras todo rayo de sol; otras empiezan a crecer desde una humilde semilla, no sabiendo muy bien si de rosas o lirios se tratarán.


He aquí un primer amago, de lo que sin llegar a ser pétalo verá la luz del sol en un incierto terreno. Esperando crecer, aunque siempre y únicamente para embellecer este jardín, os saludan estas tímidas semillas dispuestas a ser acogidas y encontrar su lugar; por muy recóndito que sea, si un rayito de luz reciben ya tendrán manera de crecer. 



                   Disfruta tu momento algo.



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