domingo, 16 de febrero de 2014

Momento resaca.

No seré yo la que más momentos resaca publique, pero el momento resaca de hoy…el momento resaca de hoy lo merece.

Ayer fue una noche de esas de las que prometen, o de esas de las que tus mejores amigas y tú os prometéis que valdrá la pena, que valdrá la pena, como mínimo, el dolor de pies de vuelta a casa.

Mientras nuestra noche comenzaba entre risas, copas, guitarra y confesiones, la bonita Madrid se disponía a encender sus luces de neón sin perder esa elegancia que le caracteriza.

Madrid, la ciudad que nunca duerme. Tan distante y cercana como es ella, se enfunda en su traje de luces y sale a bailar, y todos sabemos que tan bien danza las dulces vibraciones del arpa de Ópera como los golpes de batería de Huertas. Poco necesita para brillar y, mucho menos, para hacerte vibrar a su ritmo. Te envuelve con la misma calidez con la que lo hace tu mantita del sofá, te arrastra como el mar a esa botella con mensaje hasta las orillas de la playa, te encuentra como el lobo a caperucita y te arrebata un pedacito de tu corazón con solo una fotografía movida que a la mañana siguiente se encarga de dibujar tu primera sonrisa del día. Así es Madrid, o así son ellas.

Así son esas que llegan de casualidad e incondicionalmente se establecen en tu vida para tan solo hacerte sentir afortunada, y tener que repetir un enorme gracias acompañado de un brindis(esta vez con agua) porque sean muchos los momentos que coleccionarás con/en ella(s).



            Feliz momento resaca, ¡disfrútalo!

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