No
seré yo la que más momentos resaca publique, pero el momento resaca de hoy…el
momento resaca de hoy lo merece.
Ayer
fue una noche de esas de las que prometen, o de esas de las que tus mejores
amigas y tú os prometéis que valdrá la pena, que valdrá la pena, como mínimo,
el dolor de pies de vuelta a casa.
Mientras
nuestra noche comenzaba entre risas, copas, guitarra y confesiones, la bonita
Madrid se disponía a encender sus luces de neón sin perder esa elegancia que le
caracteriza.
Madrid,
la ciudad que nunca duerme. Tan distante y cercana como es ella, se enfunda en
su traje de luces y sale a bailar, y todos sabemos que tan bien danza las dulces
vibraciones del arpa de Ópera como los golpes de batería de Huertas. Poco
necesita para brillar y, mucho menos, para hacerte vibrar a su ritmo. Te
envuelve con la misma calidez con la que lo hace tu mantita del sofá, te arrastra como el mar
a esa botella con mensaje hasta las orillas de la playa, te encuentra como el
lobo a caperucita y te arrebata un pedacito de tu corazón con solo una
fotografía movida que a la mañana siguiente se encarga de dibujar tu primera
sonrisa del día. Así es Madrid, o así son ellas.
Así
son esas que llegan de casualidad e incondicionalmente se establecen en tu vida
para tan solo hacerte sentir afortunada, y tener que repetir un enorme gracias
acompañado de un brindis(esta vez con agua) porque sean muchos los momentos
que coleccionarás con/en ella(s).
Feliz momento resaca, ¡disfrútalo!
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