miércoles, 23 de abril de 2014

micromomento del libro. (Desde el otro lado)

 Sube la música, acomódate y déjate llevar.

 Déjate llevar por esa página en blanco, que tus dedos tecleen sin miedo, que tus ojos lean lo que estás pensando, que tu razón asienta lo que tu corazón con audaces pálpitos clama.


 Regálate ese momento y después, compártelo con los demás. 


"Se lo scrivi dura"

          ¡Feliz momento del libro o del escritor!Para que el  que escribe y comparte, nunca deje de hacerlo.

martes, 15 de abril de 2014

Me olvidé decir lo que nunca olvidaría.

Me olvidé decir que fue mi alegría y mi suerte, mi confidente y mi ejemplo, que no encontré mayor paz que su sonrisa, ni cobijo que su abrazo, que intento seguir su camino aunque mis pasos no siempre lo alcanzan, que las batallas se ganan con tu piel por escudo y que perder una, no significa perder la guerra, que no conozco mayor arte que las curvas de sus arrugas, ni mayor valor que el de sus cicatrices, que su manera de tocar el timbre era mi canción preferida y sus piernas mi tobogán, que en una niña puede quedar intacta una promesa para toda su vida y que él siempre conmigo estaría. Me olvidé decir que me enseñó a querer, aunque otros le ayudaron, pero a echar de menos… me olvidé decir que a echar de menos, sólo podría hacerlo él. Por fortuna, a él no se le olvidó decirme nada, me dijo que las grandes lecciones, solo podían venir de grandes personas.

Pensándolo bien, quizás no me olvidé de decir nada, fue aquella última mirada la que habló por mí agradeciendo mi mejor regalo, que él fuese mi abuelo.






¡Hola a todos! Esta carta breve la presenté a un concurso convocado por Letras con Arte y aquí os dejo la sorpresa del día, de la semana, o del mes (jajaja!), ha sido seleccionada para publicarse en el libro Antología y yo no puedo estar más contenta. Tenía ganas de compartirlo con vosotros, espero que os guste. ¡Muchísimas gracias! 


sábado, 12 de abril de 2014

momento pequeña

 Hoy me siento pequeña, menuda, diminuta. Viajes de seis horas que pasan al tiempo que tu mejor sonrisa se va recreando.  Viajes que se harían eternos si la espera no fuera a merecer la pena, nada más lejos de la realidad.

 Hoy me siento pequeña, me encojo como mi viejo jersey de búhos a 40º en la lavadora, me resbalo como esa gota por mi empañada ventana en un día de lluvia, dejo de verme como aquel globo que cuando era pequeña se soltó de mi mano.

 Hoy me siento pequeña, hoy y mañana, y pasado, y al otro, me siento pequeña frente a tanta enormidad.  La enormidad pintada de sonrisas, vestida de amor y rellena de valor; las sonrisas de esas que delatan al más impostor corazón, el amor de ese que te abraza al anochecer de la misma manera que lo hace al despertar, y el valor, el valor de ese que siempre de frente te permite mirar.

 Creo que no todos se pueden sentir tan pequeños como lo hago yo, y eso, me enorgullece. Sentirme pequeña por conocer la enormidad, y de alguna manera, por formar parte de ella. No necesito pensar en el universo, ni en el tamaño del sol, ni en la velocidad de la luz, ni en la fuerza de la gravedad, ni en los años de historia, ni siquiera en el agua del mar; me basta con mirar alrededor para conocer la grandeza, la mayor luz, la mayor historia, la sustancia que mejor sacia mi sed.

 Es en ese momento, en ese momento en el que cuesta sonreír y te responden con un: “cuéntame pequeña” cuando te das cuenta de lo pequeña que eres y de lo grande que te creías.



 Y que bien se está en casa. ¡Disfruten su momento vacaciones!